sábado, 12 de enero de 2008

El transformismo como medio de expresión





Espectáculo: Konga. Callejón de los espejos.
Género: Revista musical
Función domingo 6 de enero 2008

Maipo Club. Esmeralda 443. Miércoles, jueves y viernes a las 21:30hs. Sábados a las 21:00hs y 23:30hs. Domingos 21:30hs. Entradas: 30 y 60 pesos. Reservas: 4322-4882.

¿Qué aporta expresivamente el transformismo a la escena local? Si hablamos de Konga, puedo responder esta pregunta con algunas expresiones que validan holgadamente su existencia; exarcebación de gestos, ritmo, música, color, alegría, intensidad, emotividad, y sobre todo, expresividad recargada de detalles y meticulosidad masculina puesta al servicio de un universo femenino. Fórmula que a lo largo de varios años viene afianzándose, ganando un lugar, y sumando devotos y fanáticos de shows deslumbrantes.

Jean François Casanovas y Eduardo Solá, estos profesionales de la verosimilitud, son capaces de todas estas características expresivas citadas y de mucho más, esto a través de un lenguaje que con el paso del tiempo, en ellos se ha vuelto único, personal, preciso y subyugante para los que como yo disfrutamos de la calidad actoral y las puestas bien realizadas.

Luego de ver un espectáculo de estos creadores, no se admiten, ni se soportan imitaciones. El uso del transformismo es algo que suele verse a menudo en pequeños reductos de la movida gay, teatros del under, sótanos, ratoneras, pubs, discotecas, boliches, y pre- dance, inundando espacios alternativos. Pero estos artistas además de haber sentado precedentes, ser modelos para generaciones y de crear una impronta con elementos distintivos y particulares, siguen dando vigencia con rigurosidad en sus criaturas espléndidamente logradas.

Las brillantes composiciones de los actores de Konga, incluyendo a Daniel Busato y Sandy Brandauer se diferencian del resto por la gran versatilidad que estos muestran arriba del escenario, su comicidad, los incontables recursos que pueden apreciarse en la precisión de movimientos y en el uso del play back como herramienta fundamental y poderosa de sus espectáculos, que como suele ocurrir es minucioso, vistoso y exhaustivo, generando humanidad en los personajes, sin abandonar nunca el tono paródico, vivaz e impactante.

Konga es una maquinaria que funciona a la perfección, su ritmo es vertiginoso y atrapante. El espectáculo en ningún momento decae, todo está aceitado, perfectamente, cuidado y calculado para que el espectador no disperse su atención.
La iluminación, el fastuoso vestuario y el maquillaje además de sumar atracción visual y dar el sentido necesario a cada cuadro, dan prueba de la excelente producción con la que se sostiene el show merecedor sin dudas de premios, distinciones y el apoyo del público y la crítica durante el año que pasó.

Hay vestuarios que son maravillosos y los actores se cambian con mucha velocidad, en cuestión de segundos, obligándonos a preguntarnos cuanta gente hay atrás de escena vistiendo a los artistas.
Konga además de entretener, rememora, y nos lleva a mundos donde no solo se parodia, si no que se homenajea, característica fundamental de las puestas de estos talentosos artistas. Entrar al callejón es adentrarse a un mundo de ensueño donde los sentidos están a flor de piel, consumiendo lo que a cada tramo se brinda con fuerza y madurez interpretativa.
Konga no es solo una sucesión de números coloridos y variados donde se bucea por la memoria colectiva recordando y emulando glamorosamente estrellas como Edith Piaf, Rita Hayworth o Marilyn Monroe entre otras. La obra es la entrada a un universo disparatado, que se rompe a la vez en cientos de universos que invitan al deleite y al placer de un espectador competente.
Los invito a entrar al callejón, vengan a encontrarse con hombres que prestan su piel para que diversas mujeres se apropien de sus almas mientras nosotros aplaudimos y nos emocionamos.

Martín Marcou
martinmarcou@hotmail.com

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