martes, 26 de febrero de 2008

domingo, 24 de febrero de 2008

SEX SEGUN MAE WEST - ENTRADA LIBRE





4 UNICAS FUNCIONES


ENTRADA LIBRE


Vuelve... JUEVES 28/02 a las 20:00hs




Dirección: Corrientes 319 Capital Federal - Buenos Aires

ArgentinaTeléfono: 4311-8964


Del 28/02/2008 al 20/03/2008


Sex… del alemán René Pollesch no es una obra de teatro. Es un texto que debe ser usado como instrumento según palabras de su autor. Fue escrito para Sophie, Caroline e Inga, tres actrices de su compañía que compartían este discurso desde el deseo. Uno de los mayores desafíos es que Dolores, Ideth y Cecilia deseen decir este texto, se apropien de él.


Este espectáculo cuenta con el apoyo de la Embajada de Alemania y el Goethe-Institut Buenos Aires.


Se retiran las entradas en el Goethe 1 hora antes de la función.

martes, 19 de febrero de 2008

POR 5 UNICAS FUNCIONES


Segunda temporada


Vuelve RANCHO BLANCO.


Una tragicomedia rural protagonizada por Diana Trujillo, Martín Pérez y Yara Ribas.


Rancho Blanco, son aquellos días de paisanos acuchillados, aullidos de perro atravesando el campo, chicos descubriendo su sexualidad en galpones, gente deforme a la que me acostumbré, y gente a la que deformé para acostumbrarme.


Es olor a formol y a pasillo de salita sanitaria, es mi madre practicando una autopsia en madrugada con la luz de tres velas, son los caballos en el palenque, el río transparente y un cementerio a cinco metros de mi casa.


Una mujer corriendo a su marido infiel con un arma en la mano, o yo espiando como un hombre le hacía el amor a una perra que tenía mañada sobre un colchón viejo.Es el mate en casa ajena y el olor a semen en la ropa sucia de esos hombres que tanto me atraían, es la fascinación por el feo y el ignorante, el morbo de escuchar y ver como dos criaturas mueren quemadas sin que nadie pueda hacer nada.


Es el incesto y la lujuria, el chisme, y las habladurías, lo banal, lo sacro y lo sublime, lo simple y lo natural, el asado jugoso y el galgo muriendo de hambre atado a una piedra mientras nieva denso en la Patagonia.


Martín


(Este espectáculo recibió una mención en el 1º concurso de Guiónes de Teatro, organizado por Metrovías, Subte Vive 2006)Jurado integrado por: Jorge Dubatti, Guillermo Heras, Mauricio kartun y Pepe Romero, por parte de Metrovías.


Este espectáculo cuenta con el apoyo de Proteatro y el Fondo Nacional de las Artes.


A partir del sábado 3 de mayo a las 21:00hs en el Centro Cultural Defensa. Defensa 535. Teléfono: 4342-6610

martes, 5 de febrero de 2008

TEATRO IMPERDIBLE... LA REINA



La Reina (Repone el lunes 4 de febrero)

El texto dramático La reina de Los Alisos corresponde a la primera parte de la obra “No importa. Una pequeña trilogía de la muerte" (Macht Nights) de la ganadora del Premio Nobel, Elfriede Jelinek.

La escritura de Elfriede Jelinek, que se ha comentado a menudo como “escritura polifónica”, y en boca de la propia autora “opuesta al teatro”, ideada incluso contra el teatro, se encarama en una búsqueda destinada a hacer estallar los diques entre las categorías literarias dramática, lírica ó narrativa.


Funciones: Lunes a las 20.30 – Localidades: $18.-
Teatro Del Abasto – Humahuaca 3549 – 4865-0014

lunes, 4 de febrero de 2008

BERNARDA ALBA CANTA


Acaba de morir su segundo marido, y Bernarda se viste con su “solero verde” (que tiene unas manzanas celestes estampadas sobre fondo blanco).

En “Bernarda Alba”, la de Federico García Lorca, solo hay mujeres oprimidas y opresoras, enclaustradas en la triste maldición de su mujeridad (que también puede decirse feminidad porque en el texto y también en las varias puestas y versiones más o menos libres que conozco (no son tantas) no desglosan –y están infinitamente lejos de hacerlo- el “sexo” del “género”.

Oprimidas y opresoras como dos caras de la misma moneda, la de las mujeres como animales domésticos confinadas en un mundo propio que gira, ciertamente, alrededor de un sol viril y potente. Así se construyen, demasiado a menudo, los discursos textuales, físicos, simbólicos, que revisten y sostienen a las mujeres reales y ficcionales.

La Bernarda que compone Gimena Riestra en su personal recreación no escapa a esta estereotipia tan contundente. Pero se permite (perdón por la expresión notablemente paternalista) “tirar una cana al aire”. Desde mi propia perspectiva, la artista respeta a la protagonista lorquiana (alude o dice cruciales fragmentos de su texto) y se aventura convenientemente explorando los pliegues del personaje. Esta Bernarda no cuestiona su situación, su condición, no llega a descubrirse amaestrada pero –como tantísimas otras mujeres- tiene una riqueza propia, ejerce mínimamente lo que le viene en gana y esto merece aplauso. Es una pena que no haya encontrado la manera de romper su encasillamiento mujeril, que su habilidad (que ella misma remarca y celebra) para quitarse fácil y rápidamente “las piedras del camino” llegue solamente hasta el límite de la travesura íntima. Por supuesto, es crucial el paso de atreverse a burlar al marido muerto, a las hijas un poco pusilánimes, a ella misma. Pero en toda la función no dejé de preguntarme “¿qué hubiera pasado si esta Bernarda se arriesgaba a dar tres pasos mas y se inventaba feminista?”.

(gacetilla de prensa e info sobre la obra más abajo, en este mismo blog)

sonia gonorazky

sábado, 2 de febrero de 2008

EL DÍA QUE NIETZSCHE LLORÓ - intento de una exploración feminista







El Día que Nietzsche Lloró, es una adaptación teatral de la novela homónima, que da cuenta de los encuentros entre Josef Breuer, maestro y amigo del joven Freud, y Friedrich Nietzsche, el filósofo que supo encarnar la desesperanza de la civilización occidental. Ambientada a fines del Siglo XIX, la puesta combina el plano del inconsciente con el de la realidad, poniendo en escena el clima teórico-intelectual de la época, informa la gacetilla de prensa.





Los conocimientos sobre la temática y la época abordadas no son para nada necesarios, aunque pueden servir como un esbozo levísimo de marco conceptual/contextual. Ya he expresado en otros lugares –y lo repito militantemente- que soy de las personas que están convencidas de que el disfrute del evento teatral trasciende estos aspectos dado que, como ocurre con toda obra artística, puede interpretarse, leerse, gozarse desde el propio bagage social, simbólico y cultural de cada espectadora/or.
Durante los veinte minutos que lleva el ingreso de lxs asistentes a la sala, la escenografía es iluminada desde distintas posiciones y colores. Puede tratarse de una demorada prueba de luces que también sirve a manera de un “preámbulo escénico” en el que se presentan, desnudas de personajes y de textos, las distintas locaciones, permitiendo conocer el espacio antes de que se desarrolle la acción. A lo largo de la representación no hay cambios en la escenografía (salvo el desplazamiento del sillón y de la humilde cama), y la iluminación y las sombras –en distintos colores e intensidades que reverberan y repiten los del vestuario- marcan acertadamente la ambientación y la delimitación de esos espacios, que efectivamente enmarcan y contextualizan los diálogos.
Me interesa considerar algunos aspectos de la representación que –sin ser los centrales- aportan diferentes elementos para lo que, sutilmente, podría considerarse un análisis de la puesta desde una perspectiva feminista. El campo, al menos fuera del ámbito académico y localmente, en Buenos Aires, está muy poco explorado.
La temática de la ficción teatral es diáfana y accesible; no considero relevante ponderar la calidad de la adaptación a partir de la novela ni el de su contenido histórico social que, puntualmente, me alejarían de lo que yo misma defino como un enfoque feminista. Un desafío posible es, entonces, encontrar la fisura que -en discursos que se construyen como si fueran cerrados y “universales”, pero en lo masculino (léase heteropatriarcal)- permita descubrir las opresiones y conflictos que atraviesan a quienes se posicionan lejos o afuera de la máxima/única jerarquía de ese patrón de falsa universalidad, así como las estrategias de resistencia que se ponen en práctica en esta situación.
La puesta de Lía Jelín recurre un dispositivo escénico de dos niveles que remiten obviamente a las dualidades entre los planos conscientes e inconscientes, realidades/ficciones, vigilias/sueños y, por qué no, masculino/femenino (nótese, esta vez, el uso del singular), conectados por escaleras, ventanas que se abren y también, por supuesto, por la propia persepctiva que ofrece la platea.
Las mujeres (la esposa, la paciente/amante, la de inteligencia diabólica) habitan el nivel superior y sólo en contadas ocasiones se mueven hacia el de la realidad; cuando hablan, siempre se dirigen a sus mentores/tutores masculinos. No hay atisbos de diálogos ni comunicación entre ellas, ni siquiera en el bello momento en que danzan las tres pero sin conectarse; se trata de una suerte de pesadilla de aquellos que parecen obsesionados por sus turbadoras existencias… “y si ella no existiera, ¿cuáles serían sus pensamientos?”.



En efecto, ellas resultan a veces obstáculos, a veces motores, siempre criaturas (o mejor dicho “creaciones”) sin vida propia, marionetas materialmente fuera del plano humano (masculino). Por eso –informa la gacetilla que probablemente refleje el pensamiento de la directora- “las mujeres aparecen en colores y texturas suaves […]. En los hombres, los colores son neutros […]. El contraste de color entre hombres y mujeres responde a que ellas son reflejos del imaginario de estos intelectuales de la época.”
Como tantas otras, esta historia/relato/ficción/obra acentúa la construcción social de la historia por y para los varones, tenidos como sujetos universales. Las mujeres siguen siendo personajes coloridos pero sin sustancia propia. Este color, el detalle sensible del que son portadoras, refuerza en su reiteración las convenciones héteropatriarcales.
Lo mismo puede decirse del rápido desplazamiento en lo que –para una mirada crítica y medianamente experta- es una clara relación homosexual entre los protagonistas ficcionales. Este acercamiento se sugiere en varias ocasiones, pero se difumina velozmente. El silenciamiento de la atracción –no necesariamente física- es un límite cortante que sería interesante abordar con mayor profundidad.
A modo de cierre de este informalísimo comentario, transcribo los párrafos finales de un texto encontrado gracias a la tecnología googleana
http://negracubana.nireblog.com/post/2007/07/18/una-defensa-academicamente-feminista,
de hecho el único aparecido bajo “crítica teatral feminista”. Lamentablemente, no encontré el nombre de la autora de la nota, que alude a una investigación personal sobre crítica teatral con perspectiva feminista que encaró sobre la obra de un dramaturgo cubano. Sus reflexiones tienen validez general (tampoco pude rastrear la bibliografía citada)

“En Cuba, donde la crítica teatral feminista es un fenómeno eventual y discontinuo, las lecturas intencionadas de textos de autores masculinos para desnudar las huellas de la ideología de género (Suárez Briones, 1997:5) son más escasas aún. No solo por la carencia metodológica en la formación de los teatristas, sino porque las convenciones culturales tacharán de “obsesiva” cualquier mirada que intente sistematizar las huellas de una ideología discriminadora. El discurso hegemónico sigue siendo patriarcal y, aunque ya pocos se atrevan a expresar en público su sexismo, se practica una complaciente ceguera que no reconoce las discriminaciones para no discriminar (Rodríguez Calderón, 1999:187). Así se perpetúan actitudes y convicciones: con el silencio sobre espacios conflictivos de la realidad textual o escénica, que es reflejo de la realidad toda. […]
Realizar esta “lectura intencionada” (Castillo Barrientos, 1999:160) me permite llamar la atención de lectores, espectadores y críticos sobre la expresión de criterios cargados de prejuicios sexistas, o puntos de vista estereotipados sobre –mas bien contra– las mujeres. Este método, que será legítimo hasta que sean desarticuladas todas las actitudes de discriminación por sexo que operan sobre la interpretación convencional de las relaciones sociales, dando por natural la subordinación de la mujer al hombre, “es una forma de acción y de compromiso con cambiar las estructuras del mundo real” (Suárez Briones, 1997:3).”




















funciones: Jueves a Domingo, a las 21hs
Lugar: Teatro La Comedia, Rodríguez Peña 1062
Informes: 4815-5665 / 4812-4228
Entrada: Desde $35, Desc a Est y Jub