lunes, 24 de marzo de 2008

¡Me parece que vi un lindo gatito!


Sobre el Gato que pesca de Gastón Cerana

Con: Hernán Muñoa, Diego Alcalá, y Horacio San Yar

Teatro: La Comedia - Rodríguez Peña 1062
Ciudad Autónoma de Bs.As
Días y Horario: Viernes y sábado - 21:15 hs
Hasta el 30/06/2008
ENTRADA $25
El gato que pesca es uno de esos espectáculos, que al verlos, es probable que ocurran dos cosas, acepten la convención automáticamente y se sumerjan de lleno en la propuesta, o que les genere una distancia y solo esperen a que la pieza termine. En mi caso seducido nuevamente por el rito sagrado, con ganas de convite teatral, fui predispuesto a ser atravesado por esta metáfora sobre las relaciones humanas según reza la gacetilla de prensa, con deseos de comprender que era aquello de la fábula de la leyenda.

Al ingresar al espacio donde se desarrolla la acción, agudizando la mirada podemos darnos cuenta que el espectáculo ya empezó aún antes de que nos terminemos de acomodar en la silla de la sala 2 del teatro de La Comedia. La iluminación es tenue y allí están dos de los intérpretes metidos de lleno en lo que quieren contarnos, ellos junto al actor 3, narraran y representarán la historia alternadamente. Una especie de farsa, por citar arbitrariamente un género, donde lo más importante no es la historia en si, si no como funciona, ya que es una nueva excusa para hablar de cuestiones más importantes, como las que refiere su director en el programa de mano, que hablan entre otras cosas, de no hacerle al otro lo que no nos gusta que nos hagan, o instándonos a creer, a no abandonar el imaginario de los sueños, también refiriendo sobre la idea de que todo lo que va, tarde o temprano vuelve.

¿Por qué me gusto? ¿Por qué debería recomendarla?
Por que El gato que pesca no es una obra pretenciosa, pero sin embargo desde su simpleza es eficaz, en cuanto a su discurso enrevesado en apariencias, hace que la obra sea certera y a la vez divertida, emotiva por momentos, graciosa, dinámica y disparatada en algunas secuencias.

Hay tramos de la obra que están muy bien constituidos y llevados a cabo con rigor por los actores. La labor de Diego Alcalá es sobresaliente, juega varios roles y de todos sale airoso, canta y baila, es completo y además transmite verosimilitud. Muñoa y San Yar, tienen buenos momentos, pero sus creaciones tienen pequeños deslices, que si bien no afectan el resultado general de la obra, le quitan un poco de brillo en algunos pasajes.
Los rubros técnicos son funcionales a lo que se cuenta y el modo en que son utilizados es correcto.
Tratando de hacer memoria no recordé la artesanía que se vendía en el puerto de frutos de El Tigre y en algunos bazares como cita el autor en su programa de mano, ni el precio del adorno, ni pude imaginármelo como amuleto de la buena suerte para las personas, pero si este fue el disparador que dio origen a esta fábula, entiendo que lo más importante, más allá del punto de partida, es el resultado y el modo en el que llega a la gente. El planteo sobre la posibilidad de la reencarnación del alma una y mil veces en una misma vida. La forma en la que el ser humano aprende sus relaciones a través de la interdependencia y la libertad del individuo, son temas universales, actuales, con los que uno no deja jamás de identificarse, el abusador, los maltratos, la hostilidad y la perversión están a la orden del día, al igual que "los licenciados" y estafadores, todos somos parte activa de una sociedad y tal vez la obra refleje un poco todo aquello que nos atemoriza y nos circunda.
Martín M

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