A ciegas con Luz
Norma Lisa Tubida comparte su primer experiencia en "teatro ciego"
Anoche estuve en el Centro de Teatro Ciego, para mi cita “A solas con Luz”, una experiencia realmente a ciegas, en la más absoluta, absolutísima oscuridad. Estrenada hace unos cuatro meses, la propuesta de esta compañía (que tiene también una obra teatral en cartel hace ya siete años) es un recorrido exquisito por la música y la canción, los olores, los sabores, las texturas de los alimentos… y todo lo que una quiera imaginarse y pueda permitirse. No por nada, al finalizar la función hablaron de los “siete sentidos”… y nadie se atrevió a preguntar cuáles eran los otros tres que no nos enseñaron en la escuela… ¿será que cada quien prefirió imaginarlo en soledad?
La experiencia de enfrentarse a una contundente oscuridad es realmente impresionante… aquí no hay nada de “acostumbrarse” a la penumbra… porque no hay penumbra. El espacio es pura sombra, ni un atisbo de luz. Al entrar a la sala, en trencitos de a cuatro (la cantidad de comensales por mesa) se siente en seguida a las pupilas, dilatándose al máximo… en vano.
Me sorprendió la forma de socializar de quienes asistimos al espectáculo… es cierto que no se trata de una obra teatral, donde expectadores y expectadoras se encuentran individualmente con la experiencia que se les ofrece… pero de todas maneras, y aunque no soy para nada una entendida en estas cuestiones, estoy convencida que la oscuridad invitó a todas y todos a ser más amables, o menos formales, a deponer la timidez. En mi mesa, un grupo de tres personas que se conocían entre sí, y yo. Los dos hombres y la mujer ya habían experimentado la sensación del teatro ciego, y en la cola antes de entrar hablaban sobre la sensación de claustrofobia, del fuerte impacto emotivo de la oscuridad… Y entramos, nos guiaron lentamente hasta nuestra mesa. Nos habían indicado agarrar con las dos manos los hombros de quien iba adelante. Ese contacto físico entre personas que no se conocen ya es una experiencia poco habitual. Lo inesperado fue que también los pies se chocaron, al avanzar vacilantemente… Y así llegamos a nuestra mesa, donde nos guiaron a nuestras sillas… nuevamente, manos que se tocan sin desearlo ni esperarlo… la oscuridad suaviza hasta borrar la sensación invasiva que acostumbramos experimentar en estas situaciones.
Y así. No voy a extenderme mucho más en las posibilidades, en los redescubrimientos con olores, sabores, texturas… contactos que en un momento una se pregunta si fueron o no accidentales. Pero sí quiero contar en el anexo de más abajo mis audacias de esa noche, que fueron varias. Un poco, por puro narcisismo, no voy a negarlo. Pero otros pocos más para dejar entornada la posibilidad de encontrarse con estos “atrevimientos” y usarlos como partida para ser más libres a la luz del sol o de las lámparas, para reflexionar sobre la contundencia disciplinadora de la mirada ajena que ¡oh sorpresa! la iluminación habilita para quienes están o podrían estar leyendo este comentario. Aquello del panóptico de Bentham se empequeñece o cobra nuevo sentido para quienes, por ateísmo o comodidad, piensan que deshacerse de la mirada de dios libera la conciencia…
La experiencia es maravillosa, aunque el valor de la entrada puede parecernos un tanto costoso (sale ochenta pesos por persona, incluida la cena y la bebida) a las de bolsillo-gasolero-por-necesidad-más-que-por-gusto.
Anexo: Mis Audacias
Audacia 1, beber dos copas de vino blanco, es cierto que convertido en ambrosía con una proporción igual de agua mineral. Esperando a nuestra guía para entrar a la sala, comenté a mis compañeros y compañera de mesa: “total, me van a guiar para entrar y también para salir”...
Audacia 2, devorar sin pausa los panecillos ofrecidos, costumbre que aunque practico en soledad, depongo generalmente cuando comparto la mesa. Por cierto, choqué varias veces con las mismas manos.
Audacia 3. De pronto se me ocurrió que podría desvestirme… ¿qué ocurriría?, ¿cuántas personas estarían pensando lo mismo?... ¿cómo me sentiría si las luces se encendían sin aviso? ¿cómo experimentaría yo mi propio cuerpo en esa situación? Sin duda, era allí el lugar adecuado para buscar algunas respuestas. Tal vez la relación/interacción con mi cuerpo es más particular de lo que supongo, y yo sea más distante, más temerosa, más reflexiva que ustedes… pero lo dudo.
Así fue que me saqué la remera y, enseguida, el corpiño. ¿Debía haber consultado a quienes me acompañaban en la mesa, o a cada persona presente si les causaría incomodidad mi desnudez parcial? Claro que no (la Sonia que yo era hace 5 años sin duda hubiera contestado “claro que sí”). Ahora, que estaba tetas al aire, ¿debía advertir a quienes de otro modo no se enterarían, salvo movimientos deliberados?... la idea me seducía, pero no me decidí, pensaba que en eso siempre habría algo de “pedir permiso” que quería eludir. Hasta que llegó Gabriel, el mozo de nuestra mesa. Gabriel es ciego, y yo no había pensado en que él al acercarse, posiblemente rozara mi espalda para orientarse y no plantarse en el lugar de mi silla. Sirvió la bebida y entonces me decidí: “Gabriel, está permitido sacarse la ropa?”. Él ya sabía lo que el resto no sabía, y yo me desmayaba un poco porque de pronto caí en cuenta de que tal vez estaba siendo irrespetuosa… pero el juego aquí es complejo, y no quiero extenderme mucho más.
Para terminar este anexo de audacias, quiero decir que me sorprendió la pasmosa indiferencia de mis acompañantes de banquete cuando Gabriel confirmó “por lo menos, la espalda, estás desnuda”. Al terminar el espectáculo, decentemente vestida para la mirada ajena, le pedí disculpas a Gabriel, más por formalidad y atención hacia él que por considerarlo necesario… al fin y al cabo, la compañía de teatro ciego nos pidió al entrar que apagáramos celulares, nos dijo que podíamos pedir auxilio o ayuda si queríamos retirarnos en cualquier momento, nos tranquilizó sobre que los vasos no se volcarían, pero nada dijo sobre quitarse la ropa… Íntimamente tengo la convicción que no fui la única, y hasta que hubo algo de sexo…
"a ciegas con luz"
Autor: Centro Argentino de Teatro Ciego http://teatrociego.org/
Centro Argentino de Teatro Ciego
Elenco: Autoría, Dirección y Producción General: Centro Argentino de Teatro Ciego.
Lugar: Centro Argentino de Teatro Ciego (Pje. Zelaya 3006 – 6379-8596, a tres cuadras de la estación Carlos Gardel del Subte B)
Horario: Domingos a las 21 horas
Precio de las localidades: $80.
lunes, 19 de enero de 2009
viernes, 20 de junio de 2008
LESBIANAS AL TABLÓN: tortita de manteca
UN COMENTARIO DE NORMA LISA TUBIDA
Historias sobre aquello que –por superficialidad y ligereza- se suele llamar amor, historias terminadas y que se desempolvan cuando ciertas necesidades o sus motores maestros –los deseos- apremian, se representan continuamente en el teatro. El amor/los amores y la pareja/las parejas son dos de las más grandes farsas con las que los complejos dispositivos sociales nos mantienen más o menos adaptadx y dan pabilo a las más diversas expresiones artísticas. ¿Qué es, entonces, lo que para mí resulta destacable en Tortita de Manteca?
Hay varios puntos, entre los que se incluye la relación personal de afecto y camaradería con el autor y director, Martín Marcou. Pero éste no es el factor más importante ni crucial. Conocí a Martín hace un año. Nos conocimos justamente para hablar de lo que entonces no era más que el primer texto/borrador/idea de Tortita. Y desde ese momento me interesó la posibilidad, muy poco vista por estos pagos y en estos tiempos, de encontrar una historia que podría ser entre dos personas cualesquiera, pero que deliberadamente sería protagonizada por lesbianas. ¿Por actrices lesbianas o por personajes lesbianas? Eso no importa en absoluto.
Lo que se narra y se expresa (no siempre en un código narrativo) en Tortita de Manteca es apenas la punta de un iceberg del que no es visible más que una mínima fracción. Sin embargo, la solidez de la dramaturgia/dirección no permite que aflore la incoherencia, el sinsentido. Al contrario, queda claro que existe un trasfondo, un contexto, que lo que acontece en escena no es una mera “ocurrencia”.
En un escenario desnudo y un poco crujiente, austerísimo, se retratan algunas de las miserias de los mezquinos fósiles que –parece- suelen sobrevivir al “amor” (al amor convencional, al de las parejas que conviven, que pretenden compartir “proyectos”): rencor, cálculo de probabilidades, desdén, venganza, autocomplacencia y también la confianza de creer que, tras la ruptura de los códigos vinculantes, nadie puede conocer a una mejor que una misma (o “a uno”, para los lectores y espectadores masculinos), por cuestionable o difuso que sea el término “conocer”.
Al elegir que sus personajes sean mujeres, la falacia o la maravilla del amor/dolor puede mostrarse un poco menos velada que en las relaciones “hetero” donde hay implícita, inevitable, ubicua, una desigualdad de poder, de recursos, de socializaciones. Sin que esto signifique una cristalización ni la pretensión de borrar todas las diferenciaciones que puede existir entre dos personas cualesquiera (aún siendo ambas mujeres).
Las protagonistas de Tortita, una calculadora e hiper egoísta, la otra atravesada por las dificultades de su estar en el mundo, por los aspectos sociales y relacionales de su lesbiandad, víctima conciente y dolorida (pero inactiva) de la lesbofobia, tienen nombres compuestos y casi excesivos en la economía retórica y material de la puesta. Nombres que son, según yo lo entiendo, marcas claras de la irónica forma que tiene Martín de relatar sus historias.
Para tener un buen panorama del contenido, la búsqueda, el proceso creativo y técnico además de otra información interesante, remito al blog ad hoc
http://tortasdemanteca.blogspot.com/
Historias sobre aquello que –por superficialidad y ligereza- se suele llamar amor, historias terminadas y que se desempolvan cuando ciertas necesidades o sus motores maestros –los deseos- apremian, se representan continuamente en el teatro. El amor/los amores y la pareja/las parejas son dos de las más grandes farsas con las que los complejos dispositivos sociales nos mantienen más o menos adaptadx y dan pabilo a las más diversas expresiones artísticas. ¿Qué es, entonces, lo que para mí resulta destacable en Tortita de Manteca?
Hay varios puntos, entre los que se incluye la relación personal de afecto y camaradería con el autor y director, Martín Marcou. Pero éste no es el factor más importante ni crucial. Conocí a Martín hace un año. Nos conocimos justamente para hablar de lo que entonces no era más que el primer texto/borrador/idea de Tortita. Y desde ese momento me interesó la posibilidad, muy poco vista por estos pagos y en estos tiempos, de encontrar una historia que podría ser entre dos personas cualesquiera, pero que deliberadamente sería protagonizada por lesbianas. ¿Por actrices lesbianas o por personajes lesbianas? Eso no importa en absoluto.
Lo que se narra y se expresa (no siempre en un código narrativo) en Tortita de Manteca es apenas la punta de un iceberg del que no es visible más que una mínima fracción. Sin embargo, la solidez de la dramaturgia/dirección no permite que aflore la incoherencia, el sinsentido. Al contrario, queda claro que existe un trasfondo, un contexto, que lo que acontece en escena no es una mera “ocurrencia”.
En un escenario desnudo y un poco crujiente, austerísimo, se retratan algunas de las miserias de los mezquinos fósiles que –parece- suelen sobrevivir al “amor” (al amor convencional, al de las parejas que conviven, que pretenden compartir “proyectos”): rencor, cálculo de probabilidades, desdén, venganza, autocomplacencia y también la confianza de creer que, tras la ruptura de los códigos vinculantes, nadie puede conocer a una mejor que una misma (o “a uno”, para los lectores y espectadores masculinos), por cuestionable o difuso que sea el término “conocer”.
Al elegir que sus personajes sean mujeres, la falacia o la maravilla del amor/dolor puede mostrarse un poco menos velada que en las relaciones “hetero” donde hay implícita, inevitable, ubicua, una desigualdad de poder, de recursos, de socializaciones. Sin que esto signifique una cristalización ni la pretensión de borrar todas las diferenciaciones que puede existir entre dos personas cualesquiera (aún siendo ambas mujeres).
Las protagonistas de Tortita, una calculadora e hiper egoísta, la otra atravesada por las dificultades de su estar en el mundo, por los aspectos sociales y relacionales de su lesbiandad, víctima conciente y dolorida (pero inactiva) de la lesbofobia, tienen nombres compuestos y casi excesivos en la economía retórica y material de la puesta. Nombres que son, según yo lo entiendo, marcas claras de la irónica forma que tiene Martín de relatar sus historias.
Para tener un buen panorama del contenido, la búsqueda, el proceso creativo y técnico además de otra información interesante, remito al blog ad hoc
http://tortasdemanteca.blogspot.com/
TORTITA VA LOS DOMINGOS, A LAS 20 HS EN TEATRO ANTESALA: gorriti 3956, tel 4865 4384
domingo, 27 de abril de 2008
4 FUNCIONES A LA GORRA
Rancho Blanco
Escrita y dirigida por Martín Marcou
http://www.portaldedramaturgos.com.ar/martinmarcou
“Rancho Blanco”, una tragicomedia escrita y dirigida por Martín Marcou e interpretada por Diana Trujillo, Martín Pérez y Yara Ribas. A partir del 10 de mayo, los sábados las 21:00hs en el Centro Cultural plaza Defensa. Defensa 535. Teléfono: 4342-6610
Un pequeño y olvidado pueblo de la Patagonia, en donde el abuso y la soledad están a la orden del día, es el marco, hermético y asfixiante, de esta pieza en donde la muerte y el miedo laten en el aire. Dentro de ese pequeño universo, una habitación llena de ausencia y dolor se convierte en el escenario en donde una madre recibe y llora sus penas.
Este espectáculo cuenta con el apoyo de PROTEATRO y el Fondo Nacional de las artes.
Esta obra recibió una mención especial del jurado (integrado por Jorge Dubatti, Guillermo Heras, Mauricio Kartun y Juan José Romero) del Concurso de Guiones de Teatro organizado por Metrovías (Subte Vive 2006)
Escrita y dirigida por Martín Marcou
http://www.portaldedramaturgos.com.ar/martinmarcou
“Rancho Blanco”, una tragicomedia escrita y dirigida por Martín Marcou e interpretada por Diana Trujillo, Martín Pérez y Yara Ribas. A partir del 10 de mayo, los sábados las 21:00hs en el Centro Cultural plaza Defensa. Defensa 535. Teléfono: 4342-6610
Un pequeño y olvidado pueblo de la Patagonia, en donde el abuso y la soledad están a la orden del día, es el marco, hermético y asfixiante, de esta pieza en donde la muerte y el miedo laten en el aire. Dentro de ese pequeño universo, una habitación llena de ausencia y dolor se convierte en el escenario en donde una madre recibe y llora sus penas.
Este espectáculo cuenta con el apoyo de PROTEATRO y el Fondo Nacional de las artes.
Esta obra recibió una mención especial del jurado (integrado por Jorge Dubatti, Guillermo Heras, Mauricio Kartun y Juan José Romero) del Concurso de Guiones de Teatro organizado por Metrovías (Subte Vive 2006)
jueves, 10 de abril de 2008
Cine en el BAFICI
Dead gay men & living lesbians
Director: Rosa von Praunheim
Origen: Alemania
Sin pretender exteriorizar las luchas de los homosexuales, von Praunbhein elige a sus personajes por la singularidad de sus historias. Entre el retrato íntimo y la militancia civica, muestra que ellas son la contemporaneidad y ellos el pasado.
Rosa von Praunheim nació en 1942 en Riga bajo el nombre Holger Bernhard Bruno Mischwitzky. El nombre artístico que adoptó es una referencia al triángulo rosa que los homosexuales estaban obligados a llevar en los campos de concentración nazis.
A partir de 1964, el joven cineasta trabajó con Werner Schröter; su labor conjunta consistió en poner en jaque a los sectores más tradicionales de la cultura alemana.
Pero, mientras los films de Schröter se afianzaban en una progresiva estetización, los de Praunheim fueron convirtiéndose explícitamente en estrategias de lucha contra la discriminación sexual.
El viernes 18 de abril a las 14hs en la sala 8 de cine del abasto. Entrada: $4 para estudiantes.
Director: Rosa von Praunheim
Origen: Alemania
Sin pretender exteriorizar las luchas de los homosexuales, von Praunbhein elige a sus personajes por la singularidad de sus historias. Entre el retrato íntimo y la militancia civica, muestra que ellas son la contemporaneidad y ellos el pasado.
Rosa von Praunheim nació en 1942 en Riga bajo el nombre Holger Bernhard Bruno Mischwitzky. El nombre artístico que adoptó es una referencia al triángulo rosa que los homosexuales estaban obligados a llevar en los campos de concentración nazis.
A partir de 1964, el joven cineasta trabajó con Werner Schröter; su labor conjunta consistió en poner en jaque a los sectores más tradicionales de la cultura alemana.
Pero, mientras los films de Schröter se afianzaban en una progresiva estetización, los de Praunheim fueron convirtiéndose explícitamente en estrategias de lucha contra la discriminación sexual.
El viernes 18 de abril a las 14hs en la sala 8 de cine del abasto. Entrada: $4 para estudiantes.
lunes, 24 de marzo de 2008
MUESTRAS FOTOGRAFICAS
EN EL CENTRO CULTURAL RECOLETA
(Recomendaciones)
Muestra Fotográfica I
AUSENCIAS
Del 26 de febrero y hasta el 30 de marzo, Gustavo Germano, Argentino, nacido en 1964, residente en Barcelona, está exponiendo una serie de fotografías emotivas y de gran sensibilidad. La muestra es una contribución presente contra el olvido y la negación del pasado. Combina el pasado y el presente del despojo de un ser querido, la ausencia forzada por la represión política que el 24 de marzo de 1976 se instauró en Argentina a través de la dictadura militar más perversa de toda la historia nacional. Sus fotos son las memorias de dichas ausencias. Un acto creativo y de gran compromiso humano.
Muestra Fotográfica II
LO QUE SE VE
Hasta el 20 de abril, podemos apreciar el trabajo de la fotógrafa argentina Adriana Lestido, que a través de sus imágenes critica a la sociedad desde su condición de mujer en un país machista, a través de ellas interroga el mundo en el que vive. Cuestiona lo cotidiano, revela lo real y exige un análisis de las situaciones. Logra registrar momentos extremos, intensos, la relación entre individuos, el estado del mundo en torno a casos particulares. En lo personal recomiendo las fotografías de la mujeres en prisión y la rara simplicidad que aparece en las imágenes dedicadas a la relación entre madres e hijas.
(Recomendaciones)
Muestra Fotográfica I
AUSENCIAS
Del 26 de febrero y hasta el 30 de marzo, Gustavo Germano, Argentino, nacido en 1964, residente en Barcelona, está exponiendo una serie de fotografías emotivas y de gran sensibilidad. La muestra es una contribución presente contra el olvido y la negación del pasado. Combina el pasado y el presente del despojo de un ser querido, la ausencia forzada por la represión política que el 24 de marzo de 1976 se instauró en Argentina a través de la dictadura militar más perversa de toda la historia nacional. Sus fotos son las memorias de dichas ausencias. Un acto creativo y de gran compromiso humano.
Muestra Fotográfica II
LO QUE SE VE
Hasta el 20 de abril, podemos apreciar el trabajo de la fotógrafa argentina Adriana Lestido, que a través de sus imágenes critica a la sociedad desde su condición de mujer en un país machista, a través de ellas interroga el mundo en el que vive. Cuestiona lo cotidiano, revela lo real y exige un análisis de las situaciones. Logra registrar momentos extremos, intensos, la relación entre individuos, el estado del mundo en torno a casos particulares. En lo personal recomiendo las fotografías de la mujeres en prisión y la rara simplicidad que aparece en las imágenes dedicadas a la relación entre madres e hijas.
Abajo el semental todopoderoso
Sucio
(Premio Clarín, espectáculo del circuito Off)
Viernes y sábados 23:30hs
El cubo. Zelaya 3053. Abasto
Teléfono: 4963-2568
Entradas: $25
Con: Guillermo Arengo, Carlos Casella, Juan Minujin
Dirección: Ana Frenkel, Mariano Pensotti
La sala El cubo tiene capacidad para aproximadamente 300 espectadores. La noche que asistí a presenciar Sucio llovía sobre la ciudad de Buenos Aires. Para mi asombro la sala a minutos de comenzar la función estaba repleta. El programa de mano que entregan no hace referencia alguna a la síntesis argumental de la pieza, ni a su temática. No leí previamente de que venía lo que iba a ver. Últimamente estoy en búsqueda de espectáculos que escapen en sus discursos de lo socialmente impuesto por una heterosexualidad normativa y obligatoria, estoy necesitando intervenciones disidentes, divulgaciones poéticas que se corran de los lugares comunes, para darle paso al desenfado, y una ideología más vinculada con lo emblemático en cuestiones de identidad, género, vínculos, sexo, etc, en fin, en la vida y sus múltiples y variados motivos.
(Premio Clarín, espectáculo del circuito Off)
Viernes y sábados 23:30hs
El cubo. Zelaya 3053. Abasto
Teléfono: 4963-2568
Entradas: $25
Con: Guillermo Arengo, Carlos Casella, Juan Minujin
Dirección: Ana Frenkel, Mariano Pensotti
La sala El cubo tiene capacidad para aproximadamente 300 espectadores. La noche que asistí a presenciar Sucio llovía sobre la ciudad de Buenos Aires. Para mi asombro la sala a minutos de comenzar la función estaba repleta. El programa de mano que entregan no hace referencia alguna a la síntesis argumental de la pieza, ni a su temática. No leí previamente de que venía lo que iba a ver. Últimamente estoy en búsqueda de espectáculos que escapen en sus discursos de lo socialmente impuesto por una heterosexualidad normativa y obligatoria, estoy necesitando intervenciones disidentes, divulgaciones poéticas que se corran de los lugares comunes, para darle paso al desenfado, y una ideología más vinculada con lo emblemático en cuestiones de identidad, género, vínculos, sexo, etc, en fin, en la vida y sus múltiples y variados motivos.
¿Algo sustancial? ¿Con contenido? ¿De que tipo? Supongo que estoy necesitando en el intangible panorama teatral, nuevas visiones, temáticas, estéticas. Miradas crudas, reales, arriesgadas, manifestadas como reproches que lleven a diversas (de diversidad) formas de reflexión, ver al hombre intuyendo y construyendo su relación con el mundo a través de sentimientos más directos y viscerales, menos esteriotipados. Creo que la época actual en la que existimos merece nuestro particular interés, y los artistas tenemos una herramienta por demás poderosa al tener la capacidad de crear para contar y de contar para crear. A veces al asistir al teatro, tengo la impresión que se mira para otro lado, que cada cual se cree el cuento que quiere creerse y que hay un descompromiso generalizado con la autocrítica y un compromiso a ultranza con pertenecer, por estar en la boca de todos, ¿frivolidad? El precio que se paga por pertenecer es muchas veces la repetición, la imitación, el plagio a merced de la despersonalización, el apostar por la fórmula probada y los más importante; el dejar de lado los valores genuinos que nos ofrece la autenticidad, con todo el peligro y el placer de libertad que esto conlleva.
Dentro de los aciertos de Sucio se puede mencionar la mirada impiadosa que desde el discurso refiere a algunas de las actitudes más comunes de un hombre machista, ahí es donde la obra alcanza tal vez el mayor nivel de riesgo narrativo, eso está intensificado y puesto en juego por ejemplo en la (in)comunicación telefónica que establece el personaje de Juan Minujin con su padre ante quién debe mostrarse fuerte y “masculino”. Hay una satírica parodia sobre lo que él hombre debe o no debe hacer según la mirada social, para considerarse un hombre. También podemos destacar dentro de la dinámica de la creación de esta pieza, la escena “Homosexual”, que lleva a cabo Carlos Casella junto a un perro de peluche gigante, el mérito de la situación radica en el principio de relación que se genera entre la acción que desarrolla el actor y el que mira, que al iniciarse la escena puede resultar grotesca, pero con el correr de los minutos llega a incomodar y generar asombro generalizado del público, se devela ante la mirada del espectador un mecanismo más complejo del que en apariencia se muestra, hay elementos en juego en el orden de los sexual que me gustaron, me angustiaron y me hicieron pensar en la soledad del individuo y sus miserias, creo que es una escena que cala hondamente. Es masturbatoria, morbosa y divertida a la vez.
Los momentos musicales también son de gran impacto, sobre todo la primera canción de interpretada por Casella quién lleva la voz cantante del grupo y por supuesto la versión libre que realiza del tema de la película “El guardaespaldas”. También suma color y vistosidad el baile que desarrolla Guillermo Arengo con el televisor en la cabeza. (Particularmente me encantó)
Los rubros técnicos son muy buenos, principalmente el diseño de luces, que es interesante, funcional y logra apropiarse del espacio físico de ficción planteado para contar esta sucesión de cuadros entretenidos, que valen para que los personajes saquen a relucir sus trapos sucios en esta particular visión sobre el universo masculino, La mujer se halla físicamente ausente de la representación por que ahora el hombre lava la ropa que ensució y después debe volver a ponerse, el hombre que dice en esta obra está desvalido, vulnerado, quebrado y habla desde su humanidad. La obra plantea otra visión del hombre, una diferente a la tan conocida del semental todopoderoso, por eso vale la pena verla, la recomiendo.
Martín M
¡Me parece que vi un lindo gatito!
Sobre el Gato que pesca de Gastón Cerana
Con: Hernán Muñoa, Diego Alcalá, y Horacio San Yar
Teatro: La Comedia - Rodríguez Peña 1062
Con: Hernán Muñoa, Diego Alcalá, y Horacio San Yar
Teatro: La Comedia - Rodríguez Peña 1062
Ciudad Autónoma de Bs.As
Días y Horario: Viernes y sábado - 21:15 hs
Hasta el 30/06/2008
ENTRADA $25
El gato que pesca es uno de esos espectáculos, que al verlos, es probable que ocurran dos cosas, acepten la convención automáticamente y se sumerjan de lleno en la propuesta, o que les genere una distancia y solo esperen a que la pieza termine. En mi caso seducido nuevamente por el rito sagrado, con ganas de convite teatral, fui predispuesto a ser atravesado por esta metáfora sobre las relaciones humanas según reza la gacetilla de prensa, con deseos de comprender que era aquello de la fábula de la leyenda.
Al ingresar al espacio donde se desarrolla la acción, agudizando la mirada podemos darnos cuenta que el espectáculo ya empezó aún antes de que nos terminemos de acomodar en la silla de la sala 2 del teatro de La Comedia. La iluminación es tenue y allí están dos de los intérpretes metidos de lleno en lo que quieren contarnos, ellos junto al actor 3, narraran y representarán la historia alternadamente. Una especie de farsa, por citar arbitrariamente un género, donde lo más importante no es la historia en si, si no como funciona, ya que es una nueva excusa para hablar de cuestiones más importantes, como las que refiere su director en el programa de mano, que hablan entre otras cosas, de no hacerle al otro lo que no nos gusta que nos hagan, o instándonos a creer, a no abandonar el imaginario de los sueños, también refiriendo sobre la idea de que todo lo que va, tarde o temprano vuelve.
¿Por qué me gusto? ¿Por qué debería recomendarla?
Por que El gato que pesca no es una obra pretenciosa, pero sin embargo desde su simpleza es eficaz, en cuanto a su discurso enrevesado en apariencias, hace que la obra sea certera y a la vez divertida, emotiva por momentos, graciosa, dinámica y disparatada en algunas secuencias.
Hay tramos de la obra que están muy bien constituidos y llevados a cabo con rigor por los actores. La labor de Diego Alcalá es sobresaliente, juega varios roles y de todos sale airoso, canta y baila, es completo y además transmite verosimilitud. Muñoa y San Yar, tienen buenos momentos, pero sus creaciones tienen pequeños deslices, que si bien no afectan el resultado general de la obra, le quitan un poco de brillo en algunos pasajes.
Los rubros técnicos son funcionales a lo que se cuenta y el modo en que son utilizados es correcto.
Tratando de hacer memoria no recordé la artesanía que se vendía en el puerto de frutos de El Tigre y en algunos bazares como cita el autor en su programa de mano, ni el precio del adorno, ni pude imaginármelo como amuleto de la buena suerte para las personas, pero si este fue el disparador que dio origen a esta fábula, entiendo que lo más importante, más allá del punto de partida, es el resultado y el modo en el que llega a la gente. El planteo sobre la posibilidad de la reencarnación del alma una y mil veces en una misma vida. La forma en la que el ser humano aprende sus relaciones a través de la interdependencia y la libertad del individuo, son temas universales, actuales, con los que uno no deja jamás de identificarse, el abusador, los maltratos, la hostilidad y la perversión están a la orden del día, al igual que "los licenciados" y estafadores, todos somos parte activa de una sociedad y tal vez la obra refleje un poco todo aquello que nos atemoriza y nos circunda.
Martín M
lunes, 17 de marzo de 2008
En breve
(Ruidos turbios que se arrastran)
Con las actuaciones de Checha Amorosi y Valeria Actis, un nuevo espectáculo de Martín Marcou
Melodrama homosexual sobre el universo lesbico. Una mirada con sustancia sentimental, llena de resquebrajaduras emocionales, dentro de un contexto opresivo y descolorido, donde la ausencia y el desamor, se miden en un encuentro esperado.
Seleccionada para participar del 2º Festival Internacional Fintdaz 2008, a llevarse a cabo entre el 21 y el 25 de octubre en Iquique, Chile.
martes, 26 de febrero de 2008
domingo, 24 de febrero de 2008
SEX SEGUN MAE WEST - ENTRADA LIBRE
4 UNICAS FUNCIONES
ENTRADA LIBRE
Vuelve... JUEVES 28/02 a las 20:00hs
ArgentinaTeléfono: 4311-8964
Del 28/02/2008 al 20/03/2008
Sex… del alemán René Pollesch no es una obra de teatro. Es un texto que debe ser usado como instrumento según palabras de su autor. Fue escrito para Sophie, Caroline e Inga, tres actrices de su compañía que compartían este discurso desde el deseo. Uno de los mayores desafíos es que Dolores, Ideth y Cecilia deseen decir este texto, se apropien de él.
Este espectáculo cuenta con el apoyo de la Embajada de Alemania y el Goethe-Institut Buenos Aires.
Se retiran las entradas en el Goethe 1 hora antes de la función.
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